lunes, 9 de agosto de 2010

Del voto al blog: Despedazado por mil partes, La Renga...



  Un disco plagado de canciones conocidas y tarareables a veces puede resultar molesto, verse trillado por la extensa radiodifusión o bien, por parecerse métrica, lírica o intencionalmente al menos, a algún trabajo de la banda famosa que se les ocurra. Pero atención, ocurren hitos en todo país musical, y este es el caso de uno de ellos en nuestra patria criolla.
  Sin mordaza existencial ni grandes composiciones pero con mucha abundancia cancionera, esta banda del oeste de la Capital federal venía ya forjando su humilde camino editando cassettes, marcando una tendencia estética –casi nula- y llenando algún que otro club de la City porteña. Con tan solo dos placas en las bateas, lograron colmar el mítico Estadio Obras Sanitarias, tan conocido y ansiado por todos.
  Nos ocupa aquella nueva producción, la que mostrase o debería mostrar evolución –positiva o negativa- de cada grupo en su esencia, temática o producción artístico-ejecutiva de cara a un tercer disco oficial.
  Rocker desde su más honda intención y ejecución, Despedazado por mil partes se convirtió rápidamente en un disco de culto en nuestro país, en base a once tracks concisos y con gran rotación radial de allí en adelante. ¿Una novedad? casi. Pues en materia de rock al frente, solo el autogestionado Patricio Rey había logrado, aún así y aunque escasamente, en esos años aparecer en FM, entre tantos éxitos de Lerner, Patricia Sosa y alguna que otra aparición del gran Spinetta. Lindante discográficamente con el Tercer Arco Piojoso, el segundo de Almafuerte y aquel encuentro Sabina-Páez, este CD se encontró con un nuevamente propicio underground que, al igual que en los 80 con Riff, dio albergue a semejante concurrencia de una banda de rock y hard rock.
  Se dejaba leer entre estas líneas la palabra “hit” para denominar ciertos pasajes de este disco, notablemente influenciado al igual que los restantes por bandas tan geográficamente disímiles como Los Redondos o Grateful Dead, por nombrar algunas, y creo que la idea se apoya sola.
  Para cerrar, compaginar y contextualizar me parece justo destacar cuatro de los más viciados y bendecidos con el conocimiento público. “El final es en donde partí”, existencial y frenética recorrida barrial en busca de respuestas que liman incesantemente el carácter del autor y lo trasladan hacia un plano concreto entre la locura y un libro de Aristóteles. “Balada del diablo y la muerte”, una metáfora ebria y desconsolada acerca de un fluido diálogo entre dos potencias, que sin siquiera dudarlo se ponen a destacar las vicisitudes de la humanidad, afectando así al cantautor omnisciente que se reúne con ellos en una esquina. “Lo frágil de la locura”, un viaje lejos de casa para comprender lo humilde y lógica que puede ser una propuesta distinta a nivel socio-cultural, un amanecer de cara al sol y un cambio súbito de mirada, ya menos egocéntrica y a conciencia. “Hablando de la libertad”, tema de cierre del álbum y de esta crónica; preciso, con un concepto libertario ajustado a una realidad que se multiplica y lo seguirá  haciendo a lo largo de éstas ultimas dos décadas, sobretodo en la parcialidad no-conservadora en nuestro país: “Morir queriendo ser libre, encontrar mi lado salvaje, ponerle alas a mi destino, romper los dientes de este engranaje”.



Ficha técnica

Rock al palo: 80 %
Cover: 9 puntos (“Veneno”, de La Negra)
Claridad conceptual: 100 %
Ganas de llenar estadios: ¡todas!


Descargalo, chango...

3 comentarios:

  1. jaja, siendo no fanática de la renga, era evidente que el CD elegido era este...al cual vote, por supuesto!
    Buena critica poniéndonos en tiempo y espacio!

    Saludos!

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  2. jajaja me apoya mucho esa critica o me parece a mi? jajaja es obvio..si duermo con la que critica... jajajaj

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  3. un re disco de la renga, de lo mejor...

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